Fuente: The Guardian - Por Damian Carrington - junio 2021
El análisis muestra un riesgo significativo de eventos en cascada incluso con 2°C de calentamiento, con graves efectos a largo plazo
Las capas de hielo y las corrientes oceánicas que corren el riesgo de sufrir puntos de inflexión climática pueden desestabilizarse mutuamente a medida que el mundo se calienta, provocando un efecto dominó con graves consecuencias para la humanidad, según un análisis de riesgos.
Los puntos de inflexión se producen cuando el calentamiento global empuja las temperaturas más allá de un umbral crítico, lo que conduce a impactos acelerados e irreversibles. Se cree que algunas grandes capas de hielo de la Antártida ya han superado sus puntos de inflexión, lo que supondría un gran aumento del nivel del mar en los próximos siglos.
La nueva investigación examinó las interacciones entre las capas de hielo de la Antártida Occidental, Groenlandia, la cálida Corriente del Golfo del Atlántico y la selva amazónica. Los científicos realizaron 3 millones de simulaciones por ordenador y descubrieron efectos dominó en un tercio de ellas, incluso cuando el aumento de la temperatura era inferior a 2°C, el límite superior del acuerdo de París.
El estudio demostró que las interacciones entre estos sistemas climáticos pueden reducir los umbrales críticos de temperatura en los que se supera cada punto de inflexión. Descubrió que las capas de hielo son potenciales puntos de partida para las cascadas de inflexión, con las corrientes atlánticas actuando como transmisor y eventualmente afectando al Amazonas.
"Aunque se trata de un análisis de riesgo, no de una predicción, nuestros resultados son preocupantes", afirma la profesora Ricarda Winkelmann, del Instituto de Investigación del Impacto Climático de Potsdam (PIK), en Alemania. "[Nuestros hallazgos] podrían significar que tenemos menos tiempo para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y seguir evitando los procesos de inflexión".
El nivel de CO2 en la atmósfera necesario para llevar las temperaturas más allá de los umbrales podría alcanzarse en un futuro muy cercano, dijo. "En los próximos años o décadas, podríamos estar comprometiendo a las generaciones futuras a consecuencias realmente graves". Entre ellas, la subida del nivel del mar de muchos metros por el deshielo, que afectaría a decenas de ciudades costeras.
"Estamos cambiando las probabilidades, y no a nuestro favor: el riesgo aumenta claramente cuanto más calentamos nuestro planeta", dijo Jonathan Donges, también del PIK y parte del equipo de investigación.
En mayo, los científicos informaron de que una parte importante de la capa de hielo de Groenlandia estaba al borde de un punto de inflexión. Un análisis de 2019 dirigido por el profesor Tim Lenton, de la Universidad de Exeter, sugirió que el mundo podría haber cruzado ya una serie de puntos de inflexión climática, lo que los investigadores calificaron de "amenaza existencial para la civilización".
La crisis climática también puede significar que gran parte de la Amazonia está cerca de un punto de inflexión, en el que los bosques que almacenan carbono son sustituidos por la sabana, han advertido los investigadores. Las corrientes oceánicas de la Circulación Meridional de Vuelco del Atlántico (AMOC), de la que la Corriente del Golfo es una parte importante y mantiene templada a Europa occidental, están en su punto más débil en más de un milenio.
La investigación, publicada en la revista Earth System Dynamics, utilizó un nuevo tipo de modelo climático porque los modelos existentes son muy complejos y requieren una enorme capacidad de cálculo, lo que hace que sean caros de ejecutar muchas veces. En su lugar, los investigadores utilizaron un enfoque centrado específicamente en cómo cambian los umbrales de temperatura de los puntos de inflexión a medida que los sistemas interactúan, lo que les permitió realizar 3 millones de simulaciones.
Un ejemplo de la compleja cadena de interacciones que los investigadores siguieron es el derretimiento de la capa de hielo de Groenlandia. Esto libera agua dulce en el océano y ralentiza el AMOC, que es impulsado en parte por el agua densa y salada que es arrastrada hacia el fondo del océano. Un AMOC más débil significa que se transporta menos calor desde los trópicos hacia el polo norte, lo que a su vez conduce a aguas más cálidas en el Océano Austral. Esto puede desestabilizar las capas de hielo de la Antártida, lo que hace subir el nivel global del mar y provoca un mayor deshielo en los bordes de la capa de hielo de Groenlandia.
"El estudio sugiere que por debajo de los 2ºC de calentamiento global, es decir, en el rango de objetivos del Acuerdo de París, todavía podría haber un riesgo significativo de desencadenar puntos de inflexión climáticos en cascada", dijo Lenton. "Lo que el nuevo estudio no hace es desmenuzar la escala de tiempo en la que los cambios de los puntos de inflexión y las cascadas podrían desarrollarse, sino que se centra en las posibles consecuencias. Los resultados deben considerarse como "compromisos" que estamos contrayendo (con la inacción) con efectos cascadas potencialmente irreversibles, que dejarán un sombrío legado a las generaciones futuras".
Sin embargo, la posibilidad de que una cascada de puntos de inflexión conduzca a un efecto invernadero desbocado, en el que el planeta se caliente cada vez más aunque la humanidad deje de emitir carbono, es extremadamente improbable, según el profesor Anders Levermann, también del PIK pero que no ha participado en el nuevo trabajo. "La Tierra se calentará tanto como nosotros lo hagamos, lo que significa que somos nosotros los que debemos detenerlo", afirmó (N.T: no es una opinión generalizada, otra parte del mundo científico piensa que la posibilidad existe).