Fuente: The Narwhal - Por Carol Linnitt - abril de 2014
El psicólogo social Sheldon Solomon, analiza las defensas que impiden la aceptación del cambio climático
Después de la publicación del último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), el profesor Sheldon Solomon, psicólogo social experimental y co-creador de la "teoría de la gestión del terror", sugirió que las respuestas humanas a las noticias de un inminente colapso social y ecológico no tienen nada que ver con la ciencia del clima y todo que ver con la muerte.
La perspectiva de violencia, sequía, hambruna y extinción de especies, todos ellos aspectos destacados del reciente informe del IPCC, obligan a los individuos a enfrentarse a sentimientos de mortalidad que tratamos de suprimir duplicando nuestras visiones culturales del mundo. Esto significa que nuestro propio miedo a la muerte nos hace más propensos a fortalecer y afirmar nuestros sistemas de creencias. Así que si ya no estás de acuerdo con la ciencia climática, el último informe del IPCC no es probable que cambie eso.
De hecho, dice Solomon, es "difícil conseguir que la gente considere los hechos de forma desapasionada y racional". Esto puede ser más cierto para "personas muy educadas y con conocimientos científicos", dice.
"Digo eso por dos razones. Una es lo que los psicólogos de hoy en día llaman razonamiento motivado, y hay todo un conjunto de estudios que sugieren que la gente tiende a ver este tipo de información de manera que confirma y fortalece sus creencias preexistentes. Y así, la gente que está a favor del medio ambiente estará dispuesta a aceptar sin críticas estos hechos y lo hará más ardientemente y los negadores del cambio climático los descartarán generando argumentos en contra y menospreciando las credenciales de los científicos que produjeron el informe".
La segunda razón, dice, tiene que ver con nuestra respuesta humana a la información que induce miedo, lo que Salomón estudia bajo una rúbrica que llama teoría de gestión del terror.
"Este tipo de información es desalentadora", dice Salomón, "porque evoca reacciones tanto conscientes como no conscientes al hecho de que algún día moriremos".
Salomón señala uno de los argumentos básicos del libro de Ernest Becker, La negación de la muerte: "los humanos comparten con todas las formas de vida una predisposición básica hacia la autoconservación al servicio de la supervivencia y la reproducción."
Pero más allá de los impulsos de otras criaturas, los humanos tienen la capacidad única de pensar de forma abstracta y simbólica, dice, lo que lleva a un sentido de autoconciencia. También podemos reflexionar tanto sobre nuestro pasado como sobre nuestro futuro y esto, "nos hace conscientes de que podemos morir algún día y que nuestra muerte puede venir por razones que nunca podríamos anticipar o controlar".
Tales reflexiones pueden conducir a "descubrimientos no deseados" que "dan lugar a un terror paralizante que mitigamos a través del desarrollo y mantenimiento de las visiones culturales del mundo".
En última instancia, dice Salomón, en estos momentos de terror queremos decirnos a nosotros mismos que participamos y somos miembros valiosos de "un universo significativo".
Sin embargo, este deseo de posicionarnos dentro de un universo significativo puede tener consecuencias indeseables.
Cuando nos enfrentamos a la imagen amenazadora de nuestra mortalidad, normalmente terminamos haciendo una de dos cosas: "Una es simplemente sacar las imágenes de la muerte de nuestras mentes. Tendemos a hacerlo a través de la supresión y la distracción: ver la televisión, consumir cantidades masivas de drogas y alcohol, ir a Walmart para ahorrar un dólar en una motosierra y en un limón."
Añadió, "el filósofo danés Kierkegaard llamó a esto el ser 'tranquilizado por lo trivial'."
La otra implica la construcción de defensas - especialmente las que afirman nuestra visión del mundo - que impiden que pensamientos no deseados de muerte vengan a la mente.
"Esto tiene que ver con el fortalecimiento de la fe en nuestra visión cultural del mundo. Así que podemos dedicarnos más a nuestra carrera, apoyar más a los líderes políticos carismáticos, y preocuparnos más por el éxito de nuestro equipo deportivo favorito."
En última instancia, la perspectiva de la teoría de la gestión del terror sugeriría que necesitamos "crear condiciones que hagan que la gente sea más receptiva a considerar los hechos de forma desapasionada", dice Solomon.
Podemos hacerlo "socavando el razonamiento motivado y ayudando a la gente a reconocer cómo los esfuerzos para negar la muerte pueden fomentar reacciones de defensa inadaptadas". Si podemos anticipar nuestro propio deseo de eliminar los pensamientos no deseados, tal vez podamos encontrar formas más productivas de hacer frente a nuestras ansiedades.
El reconocimiento de nuestra propia negación de la muerte es el primer paso para enfrentarla: "Creo que si podemos hacer eso, podemos empujar a la gente en una dirección productiva".
Sin embargo, sigue habiendo una importante barrera para superar la inacción en cuestiones como el cambio climático: la polarización política.
"Vamos a tener que hacer un esfuerzo extraordinario para despolitizar estas cuestiones", dice.
Lo que hay que recordar, según Salomón, "es que tanto la izquierda como la derecha no tienen nada que ver". La apertura y el compromiso, por ambas partes, puede ser la única vía para salir de nuestro actual estancamiento político.
"Los conservadores podrían tener que reconocer, como señala Naomi Klein, que puede que no haya soluciones de mercado para este tipo de dificultades. Los liberales podrían tener que considerar, como señala Stewart Brand en su libro Whole Earth Discipline, que podría haber un papel para la energía nuclear y los alimentos genéticamente modificados en soluciones constructivas a medida que avanzamos".
El desafío es superar la negación que nos impide tener estas importantes - aunque difíciles - discusiones de soluciones.