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Demasiadas empresas están apostando por la captura de carbono para llegar a cero


Fuente: Bloomberg – Autora: Kate Mackenzie - 15 de enero de 2021.

No hay mucha tierra disponible para plantar nuevos árboles, y la mayoría de los otros métodos son caros y difíciles.


Mientras los gobiernos y las empresas se apresuran a mostrar su compromiso con la lucha contra el calentamiento global, los planes para eliminar el dióxido de carbono del aire se están convirtiendo en una enorme laguna jurídica, tal como los expertos han advertido durante años.


Los Principios de Inversión Responsable de las Naciones Unidas estiman que unas 42 empresas anunciaron objetivos netos de cero en 2019 y 2020. Más de la mitad de ellas tienen previsto plantar árboles, preservar los bosques o capturar CO₂ para llegar alcanzarlos, incluso mientras sus propias empresas siguen calentando la atmósfera.


Estas medidas, y otras tecnologías para capturar los gases de efecto invernadero, se conocen colectivamente como eliminación del dióxido de carbono (EDC o CDR en Inglés, por Carbon Dioxide Removal). Pero EDC no debería ser una tarjeta de salida de la cárcel para los contaminadores. Hay un límite de cuánto CO₂ puede ser eliminado en la práctica. Sólo hay una cantidad limitada de tierra disponible para plantar nuevos árboles, y la mayoría de los otros métodos son caros y difíciles.


A medida que proliferan los planes de “cero neto”, algunas compañías asumen que pueden confiar desproporcionadamente en la EDC (eliminación del dióxido de carbono) para compensar sus propias emisiones. No se trata sólo de plantar árboles. Incluso hay planes para crear "emisiones negativas" generando energía a partir de la quema de biomasa, y luego capturando las emisiones producidas, un proceso poco utilizado que también requiere grandes cantidades de tierra.


En un nuevo informe, Greenpeace del Reino Unido señala que el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) estima que entre 500 y 3.600 millones de toneladas métricas de CO₂ podrían eliminarse anualmente mediante la plantación de nuevos bosques para el año 2050. El operador de British Airways International Airlines Group y la compañía petrolera italiana Eni afirman que compensarán 30 millones de toneladas métricas por año para entonces. Eso podría ser tanto como el 12% de la proyección del IPCC, advierte Greenpeace.


El IPCC también estima que sólo quedan unos 500 millones de hectáreas de tierra que pueden ser dedicadas a nuevos bosques para la captura de carbono. Sólo Royal Dutch Shell Plc, dice Greenpeace, ha propuesto plantar una décima parte de esa cantidad para alcanzar su objetivo neto cero.


Algunos planes de la empresa parecen aún peores si se consideran sus industrias. Por ejemplo, la generación de energía ha sido considerada durante mucho tiempo tan fácil de descarbonizar con la energía eólica y solar que el IPCC y la Agencia Internacional de la Energía (IEA) asumen que puede llegar a cero emisiones sin ningún EDC (eliminación del dióxido de carbono). Eso no ha impedido que las compañías de electricidad de EE.UU. como Duke Energy Corp y Southern Co. planeen compensar el equivalente al 5% y 10% respectivamente de sus actuales emisiones anuales con EDC.


En cierto modo, este es un problema de la propia comunidad científica. El EDC aparece en prácticamente todos los caminos establecidos en los informes del IPCC para mantener el calentamiento global por debajo de 2 o 1,5 grados centígrados. Algunas de las hojas de ruta asumen cantidades de emisiones negativas que exceden ampliamente las mejores estimaciones de lo que es económicamente factible.


Los investigadores han criticado la dependencia de estas vías en la captura de carbono durante años. Un artículo de Kevin Anderson y Glen Peters publicado en 2016 titulado "The Trouble with Negative Emissions" ha tenido casi 500 citas, según Google Scholar. El mismo año, el científico climático James Hansen advirtió que las emisiones negativas se habían "extendido como un cáncer" en los escenarios climáticos.


Pocos discuten que las emisiones negativas serán necesarias, y no todos los planes que incluyen emisiones negativas parecen irresponsables. Algunas emisiones - como las producidas por la industria pesada y el transporte - serán tan difíciles de recortar que los investigadores y los responsables de la formulación de políticas creen que deberían tener prioridad en el uso de la EDC para mitigar su impacto climático. Y no todas las empresas con planes de cero emisiones netas se están aferrando a más de su cuota. El productor de acero ThyssenKrupp AG tiene como objetivo producir acero neutro en carbono para 2050, y la compañía naviera A.P. Moller-Maersk A/S dice que tendrá barcos de carbono neutro dentro de una década sin compensaciones.


Otros sostienen que se apoyarán en el EDC (eliminación del dióxido de carbono), pero evitarán las medidas basadas en los bosques porque es muy difícil saber si realmente están marcando la diferencia. Occidental Petroleum Corp espera hacer un negocio rentable de la captura directa de carbono en el aire, una propuesta técnicamente desafiante.


Sabine Fuss, del Instituto de Investigación Mercator, experta en el potencial de las emisiones negativas en el mundo real, advierte que no se debe intentar establecer un límite a los esfuerzos mundiales de EDC, y mucho menos asignarlo por sectores, empresas y países. "Probablemente el problema no sea tanto el de hacer bien los presupuestos y distribuirlos con exactitud, sino que el temor que está implícito aquí es que las eliminaciones podrían ser utilizadas como excusa por las empresas para no proceder a la descarbonización de sus procesos existentes o que su asignación podría llevar a una doble contabilidad", me dijo por correo electrónico.


Es probable que las medidas basadas en los árboles sigan siendo una solución tentadora. Se prevé que la creciente demanda impulse el mercado de las compensaciones. La simplicidad de plantar árboles es atractiva y la presión para establecer objetivos netos de cero significará que más empresas recurrirán a la utilización de grandes extensiones de tierra para reforzar su credibilidad climática. Charlie Kronick, que dirige el trabajo financiero de Greenpeace UK, dijo que el riesgo proviene de "anunciar a bombo y platillo las promesas de cero neto" sin leer la letra pequeña. La responsabilidad de recordar a los reguladores, inversores, consumidores y medios de comunicación que los objetivos climáticos de “neto cero” sólo llegan hasta “neto” (y no hasta cero).


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