Fuente: The Guardian - Marzo 2016 - Damian Carrington
Los investigadores calculan que el ser humano está emitiendo carbono 10 veces más rápido que en cualquier otro momento desde la extinción de los dinosaurios
La humanidad está bombeando a la atmósfera dióxido de carbono que calienta el clima 10 veces más rápido que en cualquier momento de los últimos 66 millones de años, según una nueva investigación.
La revelación muestra que el mundo ha entrado en un "territorio desconocido" y que las consecuencias para la vida en la tierra y en los océanos pueden ser más graves que en cualquier otro momento desde la extinción de los dinosaurios.
"El futuro está ocurriendo ahora", dijo el secretario general de la Organización Meteorológica Mundial, Petteri Taalas, en una declaración publicada junto con un informe de este organismo. "El alarmante ritmo de cambio que estamos presenciando en nuestro clima como resultado de la emisión de gases de efecto invernadero no tiene precedentes en los registros modernos".
Los científicos ya han advertido que el calentamiento global sin control tendrá "impactos severos, generalizados e irreversibles" sobre las personas y el mundo natural.
Pero la nueva investigación demuestra que el ritmo actual de las emisiones de carbono no tiene precedentes, lo que significa que los registros geológicos no pueden ayudar a predecir los impactos del cambio climático actual.
"Nuestro ritmo de emisión de carbono no tiene precedentes en un periodo de tiempo tan largo en la historia de la Tierra, [que] significa que hemos entrado efectivamente en un estado para el que no tenemos comparación", dijo el profesor Richard Zeebe, de la Universidad de Hawai, que dirigió el nuevo trabajo. "El ritmo actual y futuro del cambio climático y de la acidificación de los océanos es demasiado rápido para que muchas especies se adapten, lo que probablemente dará lugar a futuras extinciones generalizadas".
Muchos investigadores creen que el impacto humano en el planeta ya lo ha empujado a una nueva era geológica, apodada el Antropoceno. La vida silvestre ya se está perdiendo a tasas similares a las de las extinciones masivas del pasado, impulsadas en parte por la destrucción de los hábitats.
"Los nuevos resultados indican que el ritmo actual de las emisiones de carbono no tiene precedentes (...) es el evento de calentamiento global más extremo de los últimos 66 millones de años, por lo menos en un orden de magnitud", dijo Peter Stassen, geólogo de la Universidad de Lovaina (Bélgica), y que no participó en el trabajo.
La nueva investigación, publicada en la revista Nature Geoscience, examinó un acontecimiento de hace 56 millones de años que se cree que fue la mayor emisión de carbono a la atmósfera desde la extinción de los dinosaurios hace 66 millones de años. El llamado Máximo Térmico del Paleoceno-Eoceno (PETM) supuso un aumento de las temperaturas de 5°C en unos pocos miles de años.
Pero hasta ahora había sido imposible determinar la rapidez con la que se liberó el carbono al inicio del evento porque la datación mediante radiometría y estratos geológicos carece de suficiente resolución. Zeebe y sus colegas desarrollaron un nuevo método para determinar el ritmo de los cambios de temperatura y carbono, utilizando los isótopos estables del oxígeno y el carbono.
El método reveló que al inicio del Máximo Térmico del Paleoceno-Eoceno - PETM no se liberaban a la atmósfera más de 1.000 millones de toneladas de carbono al año. En cambio, la quema de combustibles fósiles y otras actividades humanas liberan cada año 10.000 millones de toneladas de carbono a la atmósfera.
"Las consecuencias pueden ser mucho más graves", afirma Zeebe. "Si se da una patada a un sistema muy rápido, suele responder de forma diferente que si se le da un empujón lento pero constante".
Los científicos han advertido que el cambio climático podría no provocar un aumento constante de la temperatura, sino que los "puntos de inflexión" -como la pérdida de todo el hielo del Ártico o la liberación masiva de metano del permafrost- podrían provocar cambios mucho más bruscos y peligrosos. "Si las tasas de emisiones antropogénicas no tienen un análogo en la historia reciente de la Tierra, entonces son posibles respuestas futuras imprevisibles del sistema climático", concluyeron los investigadores.
"Al estudiar uno de los episodios más dramáticos de cambio global desde el final de la era de los dinosaurios, estos científicos muestran que actualmente nos encontramos en un territorio inexplorado en cuanto a la tasa de emisión de carbono a la atmósfera y los océanos", dijo Candace Major, de la Fundación Nacional de Ciencias de EE.UU., que financió la investigación.
Se cree que el origen de las emisiones de carbono del PETM fue la liberación masiva de metano que se había congelado en forma de hidratos en el fondo del océano. Es posible que se haya desencadenado por una pequeña liberación inicial de carbono resultante del magma caliente que empujó y fundió grandes depósitos de piedra caliza.