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¿Está la gente cada vez más adicta, ansiosa y solitaria?



¿Cuáles son los resultados a nivel personal y social de la carrera por tener más y más? Analizar los efectos del neoliberalismo en la vida de las personas, es vital para darnos cuenta que hay que ir hacia otro sistema que tenga en cuenta nuestras necesidades humanas y las del planeta.


Por Carolina Flynn - Enero 2020

Cuando tenemos algo que resolver que nos exige cambios importantes, como lo es la crisis ecológica, hay que primero entender que tipo de problema es: ¿es uno técnico o uno adaptativo?. Si es un problema técnico se resuelve más o menos fácilmente aplicando una técnica, siguiendo ciertos pasos, cambiando el comportamiento (por ejemplo si estoy gordo, sigo una dieta) pero si siguiendo la dieta no bajo de peso o bajo pero vuelvo a engordar, el problema no es técnico, es adaptativo. Resolverlo implicará mucho más que seguir una dieta o aplicar una técnica, tendremos que revisar los supuestos que hacen que sostengamos la conducta que queremos cambiar, entender qué es lo que hace que no podamos hacer lo que queremos hacer.


Cuando el problema es de carácter adaptativo, entonces, aumenta la complejidad ya que entran en juego no las herramientas, sino las personas. Los hábitos, las costumbres, las culturas, las creencias, el inconsciente colectivo. Resolverlo implicará una deconstrucción de los supuestos y una ampliación de la identidad personal y social. Sin esas condiciones no se resuelve.


La crisis climática y ecológica, entonces, es un problema complejo y de carácter adaptativo, no se resuelve sólo técnicamente (por ejemplo convirtiendo todo el sistema económico a energía renovables). Eso sería como si un obeso quisiera resolver su obesidad cambiando la Coca Cola por Coca Zero, bajará un par de kilos quizás, pero no logrará más que eso.


Un cambio que dé una solución integral al estado calamitoso del planeta, requerirá una nueva forma de ver la realidad: pasar de los valores de la modernidad (beneficio económico, consumismo, mecanicismo, ser humano separado de la naturaleza) a otra que tenga en cuenta nuestra interrelación con la naturaleza, nuestra pertenencia a la especie animal, los límites del planeta. Buscar una respuesta a qué es el buen vivir.


Este cambio, si lo logramos, implicará una nueva forma de organizar la realidad y abarcará al ser humano en su totalidad, en su identidad, en su concepto de si mismo, en lo que es importante y ya no lo es y desencadenará una forma nueva de ver y relacionarse con la naturaleza y las demás especies. Bajo los lentes de la visión moderna que prevalece actualmente, vemos a la naturaleza como un objeto a ser dominado, conquistado (y expoliado si hace falta) para nuestro beneficio, que está ahí para nuestro servicio y disfrute personal. Pero cuidado, también nos miramos a nosotros como "objetos" a ser explotados. Como diría Byung Chul Han "Ahora uno se explota a si mismo y cree que se está realizando",


Por eso, además de entender la situación desesperante del planeta, las cuestiones técnicas si se quiere, es importante que relacionemos lo que sucede a nivel ambiental, con lo que sucede a nivel individual y social. Analizar lo que podríamos denominar la "ecología humana". Y empezar a socavar y deconstruir esa visión que nos trajo hasta acá.


Entender que no es sólo el planeta el que está en terapia intensiva, el ser humano también. Difícilmente vayamos a querer cambiar algo (¡y vaya si nuestro sistema tiene que cambiar!) si no estamos convencidos que es perjudicial para nosotros y nuestros hijos. Competimos con la maquinaria de los medios de comunicación, la publicidad, las redes sociales y las corporaciones que durante las últimas décadas han machacado hasta el infinito que tener, que comprar, que consumir (¡cualquier cosa!) nos iba a hacer más felices. La promesa de un futuro mejor es el motor del capitalismo y, lamentablemente, la mayoría lo ha incorporado a sus vidas. Educamos a nuestros hijos para ser parte de esta maquinaria y no quedarse fuera del sistema.


Tenemos que deconstruir ese mito.


¿Qué nos dice más respecto a cómo está el ser humano en este capitalismo tardío que su salud mental?


Los problemas de salud mental se han convertido en una pandemia, así lo dice la Organización de la Salud, pero también lo podemos palpar fácilmente a nuestro alrededor. La depresión, la ansiedad, el uso de psicofármacos, o de sustancias psicoactivas, están aumentando rápidamente. Este patrón es persistente en todo el mundo.


El Foro Económico Mundial estimó que los costos directos e indirectos de la salud mental ascienden a más del 4% del PIB mundial, más que el costo combinado del cáncer, la diabetes y las enfermedades respiratorias crónicas. Cómo en nuestro sistema todo lo que vale y lo que cuenta son los dólares, se calcula que "esto podría costar a la economía mundial hasta 16 billones de dólares entre 2010 y 2030, y más de 6 billones de dólares anuales después de eso, si no se aborda la falta de respuesta colectiva."


Es de extrañar esta situación? No tanto. Es evidente, ya al encarar el problema, que lo que importa no es el sufrimiento humano, sino las pérdidas económicas al sistema en días que no se trabajan, costos en medicamentos y sanitarios. .


En 1990 el psicólogo y filósofo francés Félix Guatarri escribía en "Las Tres Ecologías" : "...los modos de vida humanos, individuales y colectivos evolucionan en el sentido de un progresivo deterioro. Las redes de parentezco tienden a reducirse al mínimo, la vida doméstica está gangrenada por el consumo mass-mediático, la vida conyugal y familiar se encuentra a menudo "osificada" por una especie de estandarización de los comportamientos, las relaciones de vecindad quedan generalmente reducidas a su más pobre expresión..." Todas estas cuestiones, la competencia descarnada, el trabajo cada vez más demandante, la destrucción de las comunidades y solidaridades, la imposibilidad de encontrar seguridad y estabilidad, traicionan aspectos básicos de nuestra condición humana y de nuestra pertenencia animal al género mamífero: nuestra emotividad, nuestra necesidad de comunidad, nuestra necesidad de juego y ocio.


Este malestar mental, está intrínsecamente relacionado con una creciente sensación de inseguridad en muchos aspectos de la vida humana, y la presión constante por mantener un status quo en un ambiente en constante cambio. Ya nada es seguro, empezando por los factores estructurantes de la vida de cualquier individuo: el trabajo y las relaciones humanas. Y a partir de eso, un efecto cascada de incertidumbres se ciernen sobre la vida cotidiana, recreadas sin cesar en el imaginario para tratar de predecirlas, evitarlas o adaptarse. El hecho es que estamos siempre en alerta, siempre con la guardia alta.


En síntesis, el estrés se apodera de nosotros porque es el estrés la nueva forma de vida que tenemos.


En La Vanguardia la psicóloga española Noelia Vargas señala que “Los principales problemas que me encuentro están relacionados con la autoexplotación a la que nosotros y nosotras mismas nos sometemos. Vivimos en un constante aumento cultural de las autoexigencias y tenemos una baja tolerancia a la frustración y al malestar”, resalta. Se suma a los factores de estrés, las redes sociales que amplifican temores e inseguridades y no ayudan a disminuir la presión del entorno sino que la potencian, sobre todo entre las personas más jóvenes.



  • En todos los estudios, aproximadamente el 17,6% de los encuestados se identificaron como personas que cumplían los criterios de un trastorno mental común durante los 12 meses anteriores a la evaluación;

  • el 29,2% de los encuestados se identificaron como personas que habían experimentado un trastorno mental común en algún momento de su vida.

  • Fue evidente un efecto consistente de género; las mujeres tenían tasas más altas de trastornos del estado de ánimo y de ansiedad y los hombres tenían tasas más altas de trastornos de uso de sustancias.

  • Los países del norte y sudeste de Asia presentaron estimaciones de prevalencia sistemáticamente inferiores a las de otras regiones. También fueron bajas en el África subsahariana, mientras que los países de habla inglesa presentaron las estimaciones más altas.

Notemos que en los países anglosajones, donde el capitalismo es más salvaje, la intervención del estado es más débil (y que suelen ser los modelos a seguir para los que están en vías de desarrollo) a pesar de unos ingresos per cápita altos, el estado del ser humano tiende a empeorar.


Recientemente en un artículo en The Guardian el historiador americano Andrew Bacevich, hace las siguientes reflexiones con lo que está pasando en Estados Unidos, luego del triunfo total de una "libertad sin restricciones" y la imposición del modelo americano en el mundo con el fin de la guerra fría:


"Así que junto con la libertad llegó el estrés, la ansiedad y una sensación de no estar a la altura, o el miedo a quedarse atrás a medida que las exigencias de la vida diaria parecían multiplicarse. Para algunos, la libertad significaba alienación, anomia y desesperación. No hacía nada para prevenir, y en algunos casos podría decirse que fomentaba, el comportamiento autodestructivo o antisocial.


Así que en 2016, al acercarse otra elección presidencial, los estadounidenses pudieron reclamar las siguientes distinciones:


- Uno de cada seis tomaba medicamentos psiquiátricos recetados como antidepresivos o ansiolíticos.


- Más de 16 millones de adultos y más de 3 millones de adolescentes sufrían de depresión significativa.


- Más de 1,9 millones de estadounidenses consumían cocaína con regularidad, medio millón eran adictos a la heroína y 700.000 a la metanfetamina.


- Ese año las sobredosis de opiáceos mataron a 46.000, un nuevo récord.


- El consumo compulsivo de alcohol había alcanzado proporciones epidémicas, ya que uno de cada seis adultos estadounidenses se embriagaba varias veces al mes y consumía siete bebidas por cada borrachera; según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, el consumo compulsivo era especialmente común entre los estadounidenses más jóvenes y adinerados.


- Casi 45,000 se quitaban la vida anualmente, el índice nacional de suicidios se incrementó en un 24% desde 1999; dentro de la década anterior el índice de suicidios de las adolescentes se había duplicado y el de los varones había aumentado en un 40%.


- La adicción a los teléfonos inteligentes se estaba uniendo a las compulsiones más tradicionales, con la persona promedio que revisa su teléfono inteligente 110 veces al día, impulsada por Fomo - o miedo a perderse de algo.


- El síndrome de compra compulsiva, también conocido como adicción a las compras, afectaba a un estimado del 6% de la población; un número comparable eran acaparadores compulsivos.


- Diariamente, 11 millones de estadounidenses, en su mayoría mujeres, luchaban contra trastornos alimentarios como la anorexia y la bulimia, mientras que aproximadamente el 40% de los adultos y casi el 19% de los niños y adolescentes eran obesos.


- Los cirujanos estéticos realizaban más de 17 millones de procedimientos anualmente, con el aumento de glúteos y la labioplastia disfrutando de un particular pico de popularidad.


- Cuarenta millones de estadounidenses visitaban regularmente sitios pornográficos en línea.


- El número de estadounidenses infectados con enfermedades de transmisión sexual en 2016 superó los dos millones, según los CDC, "el número más alto de la historia".


- Se calcula que 24,7 millones de niños crecen en hogares sin padre, un 23% de los niños siendo el porcentaje más algo del mundo, y que estos niños tienen muchas más probabilidades de abandonar la escuela, abusar de las drogas y el alcohol y suicidarse; las niñas que crecen sin la presencia de un padre tienen cuatro veces más probabilidades de quedar embarazadas en la adolescencia.


- Aunque es difícil de cuantificar con precisión, 676,000 niños estadounidenses en 2016 fueron víctimas de abuso o negligencia.


- En ejercicio de su derecho a elegir, las mujeres estadounidenses estaban interrumpiendo alrededor de 650.000 embarazos no deseados cada año, a pesar de la amplia disponibilidad de anticonceptivos.


- Ejerciendo su derecho a llevar armas, los estadounidenses han acumulado más del 40% de las armas pequeñas del planeta; el arsenal de Estados Unidos en manos privadas es mayor que el de los siguientes 25 países juntos.


- Mientras tanto, más de 33.000 estadounidenses mueren anualmente en incidentes relacionados con armas de fuego.


- Año tras año, Estados Unidos tenía la tasa de encarcelamiento más alta del mundo, y ningún otro país desarrollado se acercaba a ella.


-Los datos de las encuestas mostraban que la confianza social -la forma en que los estadounidenses sentían las instituciones gubernamentales y sus conciudadanos- había caído a un mínimo histórico. Tal vez por esa razón, la participación de los votantes en Estados Unidos estaba por debajo de la de la mayoría de los demás países desarrollados.


- En una sociedad cada vez más interconectada, con dos tercios de los estadounidenses en Facebook, la soledad crónica afectaba a una gran parte de la población.


- En un fenómeno descrito como "muertes por desesperación", la esperanza de vida de los varones blancos de la clase trabajadora estadounidense estaba disminuyendo, una tendencia sin precedentes históricos.


- La tasa de natalidad de la nación había caído por debajo de la tasa necesaria para mantener una población general estable; Estados Unidos había dejado de reproducirse.


- Para que no se les pase por alto, en su búsqueda de la vida, la libertad y la felicidad, los estadounidenses estaban contaminando, desperdiciando alimentos y generando basura" con abandono, liderando el mundo en cada categoría.



Este resumen aterrador y sin piedad de la primer potencia del mundo, puede repetirse con algunos cambios en la mayoría de las naciones del planeta. No es sólo la relación con la naturaleza lo que está fallando, nuestra relación con nosotros mismos y con nuestros pares está profundamente dañada también.


Queremos agregar un pequeño resumen de los principales problemas que afectan a la ecología humana en estos tiempos, a su psique, con el propósito de reforzar la noción que la crisis es sistémica. Que la necesidad urgente de cambio no se da sólo por el desastre ambiental, sino que a nivel social e individual estamos pagando un alto costo.


El consumismo material que llena nuestro vacío es también un consumismo de sustancias para llenar nuestro vacío social y calmar nuestra ansiedad y estrés .



1. La sociedad sedada: cada vez necesitamos estar más "dopados" para vivir la vida


El tema es que para hacer frente a un sinnúmero de actividades cotidianas, ya sea trabajar, dormir, divertirnos, hacer deportes, cantar, actuar o estudiar necesitamos, cada vez más, consumir sustancias que nos calmen o nos motiven, o nos relajen, o nos tranquilicen, o que nos pongan eufóricos o que nos hagan concentrar: tranquilizantes, ansiolíticos, alcohol, drogas,... o celulares. El hecho es que el "yo" busca muletas.


La prescripción y el consumo de drogas psiquiátricas ha alcanzado niveles epidémicos en la sociedad contemporánea. En la última década, esta clase de medicamentos se ha convertido en una de las más prescritas en todo el mundo desarrollado,


En España, por ejemplo, según el informe del año 2017, los consumos de sustancias se encuentran estabilizados, salvo el de hipnosedantes y cannabis: el 15.5% de las mujeres tomaban tranquilizantes y el 15.4% de los hombres utilizaban el cannabis.

Y van en aumento a lo largo del tiempo:


Situaciones similares se dan en otros países:


Abuso de drogas ilegales

Si miramos al país con más problemas, Estados Unidos, la situación es esta:

  • Casi 21 millones de estadounidenses tienen al menos una adicción (6.5% de la población)

  • Las muertes por sobredosis de drogas se han más que triplicado desde 1990.

  • Desde 1999 hasta 2017, más de 700.000 estadounidenses murieron por sobredosis de una droga.

  • El alcohol y la adicción a las drogas le cuestan a la economía estadounidense más de 600 mil millones de dólares cada año.


Abuso del Alcohol

  • Alrededor de 300 millones de personas en todo el mundo tienen un trastorno por consumo de alcohol.

  • Cada año, en todo el mundo, el alcohol es la causa del 5,3% de las muertes (o 1 de cada 20).

  • Aproximadamente el 6% de los adultos estadounidenses (cerca de 15 millones de personas) tienen un trastorno de consumo de alcohol




Abuso de opiáceos


Si hay algo que habla del punto de decadencia del sistema capitalista, es la llamada crisis de los opiáceos. Los opiáceos son una clase de fármacos que bloquean las sensaciones de dolor y causan euforia. Son peligrosos porque representan un riesgo muy alto de adicción y sobredosis. Esta epidemia se inicia en USA, donde el Estado permitió a los laboratorios comerciar medicamentos que son más fuertes que la morfina, para el tratamiento de casi cualquier dolor crónico, y que fueron recetados y utilizados masivamente, (lo que les dio grandes ganancias a las compañias farmacéuticas) generando millones de adictos y muertos en el camino. Pareciera que ha llegado el punto en que el ser humano no sirve ni siquiera como consumidor, es más importante el beneficio para el accionista que la vida de las personas.


  • Alrededor de 130 estadounidenses mueren cada día por una sobredosis de opiáceos.

  • De 1999 a 2017, 399.230 estadounidenses perdieron la vida a causa de los opiáceos.

  • Sólo en 2017, 47,600 sobredosis fatales ocurrieron en los Estados Unidos que involucraron al menos un opiáceo.

  • En 2017, los médicos emitieron 191,218,272 recetas de opiáceos, una ligera disminución de los 200,000,000 de recetas de opiáceos que emitieron cada año desde 2006 hasta 2016.

  • Desde 1999, la venta de analgésicos opiáceos se ha disparado en un 300%.

  • Alrededor del 20% al 30% de las personas que toman opiáceos recetados los usan indebidamente.

  • Alrededor del 10% de las personas que abusan de los opiáceos recetados se vuelven adictos a los opiáceos.

  • Aproximadamente 2.1 millones de estadounidenses tienen un trastorno por el uso de opiáceos.

  • Alrededor del 5% de las personas con un trastorno de uso de opiáceos probarán la heroína.


2. Una sociedad cada vez más triste, ansiosa, estresada y sola


Depresión: La Organización Mundial de la Salud (OMS) estimó en 2015 que más de 322 millones de personas padecen depresión, es decir, alrededor del 4%de la población mundial, un aumento del 18,4% entre 2005 y 2015.



Obviamente esto está relacionado con la venta de antidepresivos. Y en países que solemos pensar como los que tienen todo resuelto, y que suelen encabezar los rankings de felicidad el uso de antidepresivos es rampante. Así por ejemplo el 11%de los americanos de más de 12 años usan antidepresivos!



Aproximadamente el 20% de los estadounidenses que tienen depresión o un trastorno de ansiedad también tienen un trastorno de uso de sustancias.



Ansiedad

La ansiedad es una emoción displacentera que implica el presentimiento de la disolución del yo. La ansiedad es un mecanismo natural de protección, un sistema psicológico de alerta que anticipa posibles amenazas con el fin de evitarnos futuros problemas. Es un estado de inquietud, que supone miedo y estrés a la vez, cuando el peligro no está presente.


Se calcula que entre un 15 y un 20 % de la población mundial padece, o padecerá a lo largo de su vida, problemas relacionados con la ansiedad con una importancia suficiente como para requerir tratamiento.



Si bien esto es más generalizado y aumenta más rápidamente entre los jóvenes, los cambios demográficos, en particular el envejecimiento de la población en los mercados más desarrollados, están provocando un aumento del aislamiento social. Entre 1980 y 2015, el número de personas mayores que viven solas en Japón se multiplicó por más de seis, hasta casi 6 millones, lo que dio lugar a algunas acciones inusuales, entre las que se incluyen personas mayores solas, típicamente mujeres, que roban en tiendas en busca de la comunidad y estabilidad en la cárcel. Más de la mitad de las personas mayores que son sorprendidas robando en las tiendas viven solas; el 40% no tiene familia o rara vez habla con parientes. Estas personas a menudo dicen que no tienen a nadie a quien recurrir cuando necesitan ayuda.


Este nivel de desconexión social también puede poner en peligro la salud. Se ha afirmado que la soledad tiene el mismo impacto en la esperanza de vida que fumar 15 cigarrillos al día, con un factor de riesgo que rivaliza con el consumo excesivo de alcohol o la obesidad. La falta de contacto social también puede acelerar el declive cognitivo, las enfermedades cardíacas, la depresión y el suicidio.


Suicidio

  • Globalmente 800.000 personas mueren por suicidio cada año. Casi 1 por mil de la población mundial

  • El suicidio es una de las principales causas de muerte en los jóvenes.



Problemas de salud mental que derivan de la tecnología:

La adicción a la tecnología, ya que las plataformas de redes sociales utilizan las mismas técnicas que las empresas de juegos de azar para crear dependencias psicológicas y un desequilibrio real de sustancias químicas cerebrales entre los adolescentes que se asemejan a la depresión y la ansiedad;


En China y Corea del Sur, los campos de rehabilitación tecnológica son ahora comunes, y la Organización Mundial de la Salud reconoce oficialmente la adicción a los videojuegos como un trastorno de salud mental.



Los celulares han hecho disminuir las interacciones personales, lo que puede aumentar los sentimientos de soledad y ansiedad. Los estudios han demostrado que las personas se sienten mejor y más conectadas en tiempos en los que sólo socializaban cara a cara.


Además, los teléfonos inteligentes están eliminando metódicamente el aburrimiento, que tiene un papel muy importante en la creatividad. Las semillas de las ideas que pueden surgir de la reflexión ociosa están siendo reemplazadas por la distracción constante. Y la distracción constante -que hace que la dopamina aumente cuando se enfrenta a la novedad, adictiva pero intrínsecamente insatisfactoria- no conduce a un estado mental más saludable. Ser creativo, sin embargo, sí.



Hijos viviendo con un sólo padre

Estados Unidos es el país con más porcentaje de chicos viviendo en hogares con un sólo padre, le siguen Gran Bretaña y Rusia. En comparación, el 3% de los niños en China, el 4% de los niños en Nigeria y el 5% de los niños en la India viven en hogares monoparentales. En el vecino Canadá, la proporción es del 15%.


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