Las emisiones de la infraestructura energética existente ponen en peligro el objetivo climático de 1,5 °C
Las emisiones netas de dióxido de carbono (CO2) deben aproximarse a cero para mediados de siglo (2050) a fin de estabilizar la temperatura mundial al nivel fijado por los acuerdos internacionales. Sin embargo, la continua expansión de la infraestructura energética que utiliza combustibles fósiles implica que se van producir una determinada cantidad de futuras emisiones de CO2 .
A través de un paper publicado en Nature se estima que la infraestructura energética de combustibles fósiles existente en 2018, si se opera como históricamente, emitirá acumulativamente unas 658 gigatoneladas de CO2 (con un rango de 226 a 1.479 gigatoneladas de CO2, dependiendo de la vida útil y las tasas de utilización asumidas).
Se prevé que más de la mitad de estas emisiones provendrán del sector eléctrico; la infraestructura en China, los EE.UU. y los 28 estados miembros de la Unión Europea representan aproximadamente el 41%, 9% y 7% del total, respectivamente. Si se construyen, las centrales eléctricas propuestas (planificadas, permitidas o en construcción) emitirían aproximadamente 188 (rango 37-427) gigatoneladas adicionales de CO2.
Las emisiones futuras de la infraestructura energética existente y propuesta (alrededor de 846 gigatoneladas de CO2) representan, por lo tanto, más que el presupuesto total de carbono que queda si se quiere limitar el calentamiento medio a 1,5 grados centígrados (°C) con una probabilidad del 66 al 50 por ciento (420-580 gigatoneladas de CO2), y quizás dos tercios del presupuesto de carbono restante si se quiere limitar el calentamiento medio a menos de 2 °C (1.170-1.500 gigatoneladas de CO2)5.
Las emisiones futuras de la infraestructura energética existente y propuesta (alrededor de 846 gigatoneladas de CO2) representan, por lo tanto, más que el presupuesto total de carbono que queda si se quiere limitar el calentamiento medio a 1,5 grados centígrados
Las demás estimaciones del presupuesto de carbono son variadas y matizadas, y dependen del objetivo climático y de la disponibilidad de emisiones negativas a gran escala. Sin embargo, las estimaciones de estudio sugieren que no se puede poner en servicio ninguna nueva infraestructura de emisión de CO2, o deben ser muy pocas, y que la infraestructura existente puede necesitar ser retirada antes de tiempo (o modernizada con tecnología de captura y almacenamiento de carbono) para poder cumplir con los objetivos climáticos del Acuerdo de París. Dado lo caras que son las inversiones por tonelada de emisiones comprometidas, sugerien que las retiradas prematuras de infraestructura más rentables serán en los sectores de la electricidad y la industria, si se dispone de alternativas que no emitan y son asequibles.
Autores del paper: Dan Tong, Qiang Zhang, Yixuan Zheng, Ken Caldeira, Christine Shearer, Chaopeng Hong, Yue Qin & Steven J. Davis