Las petroleras se disfrazan de sustentables con campañas publicitarias mientras que invierten en la expansión de la extracción de petróleo y gas y en lobby para que no se apliquen políticas para detener el cambio climático, dice InfluenceMap
Las cinco mayores empresas de petróleo y gas que cotizan en bolsa gastan casi 200 millones de dólares al año en lobby para retrasar, controlar o bloquear las políticas de lucha contra el cambio climático, según un nuevo informe.
Chevron, BP y ExxonMobil fueron las principales compañías que lideraron el campo en el lobby directo para presionar en contra de una política climática que aborde el calentamiento global, según el informe.
Cada vez más están utilizando los medios sociales para impulsar con éxito su agenda para debilitar y oponerse a cualquier legislación significativa para abordar la crisis climática.
En el período previo a las elecciones de mitad de período en EE.UU. del año pasado, los gigantes petroleros mundiales y sus organismos industriales gastaron 2 millones de dólares en anuncios específicos en Facebook e Instagram para promover los beneficios del aumento de la producción de combustibles fósiles, según el informe publicado el viernes por InfluenceMap.
Por otra parte, BP donó 13 millones de dólares a una campaña, también apoyada por Chevron, que detuvo con éxito un impuesto al carbono en el estado de Washington, de los cuales 1 millón de dólares se gastó en anuncios en medios sociales, según muestra la investigación.
Edward Collins, autor del informe, analizó el gasto corporativo en lobby, información y publicidad, y evaluó qué proporción se dedicaba a las cuestiones climáticas. Señaló: "La publicidad climática de las grandes petroleras suena cada vez más hueca y su credibilidad está en juego. Apoyan públicamente la acción climática al mismo tiempo que ejercen presión contra las políticas que ayudarían. Ellos abogan por soluciones bajas en carbono, pero tales inversiones se ven eclipsadas por el gasto en la expansión de su negocio de combustibles fósiles".
Después del acuerdo sobre el clima de París en 2015, las grandes compañías integradas de petróleo y gas dijeron que apoyaban un precio al carbono y formaron grupos como la Iniciativa sobre el Clima del Petróleo y el Gas, que promueve medidas voluntarias.
Pero, según el informe, existe una brecha evidente entre sus palabras y sus acciones.
Las cinco grandes petroleras que cotizan en bolsa - ExxonMobil, Shell, Chevron, BP y Total - gastan ahora alrededor de 195 millones de dólares al año en campañas para parecer que apoyan la acción contra el cambio climático.
Pero el informe expresa que estas campañas estan engañando al público sobre el alcance de sus acciones porque, aunque públicamente respaldan la necesidad de actuar, están aumentando masivamente la inversión en una enorme expansión de la extracción de petróleo y gas. En 2019 sus gastos aumentarán a 115.000 millones de dólares, de los cuales sólo el 3% se destinará a proyectos con bajas emisiones de carbono.
Shell declaró que rechazan "firmemente la premisa de este informe. Tenemos muy claro nuestro apoyo al acuerdo de París y los pasos que estamos dando para ayudar a satisfacer las necesidades de la sociedad de más energía y más limpia.
"No nos disculpamos por hablar con los responsables de la formulación de políticas y los reguladores de todo el mundo para que se escuche nuestra voz sobre temas cruciales como el cambio climático y cómo abordarlo".
Chevron dijo que no estaba de acuerdo con los hallazgos del informe. "Chevron está tomando medidas prudentes y rentables y se ha comprometido a trabajar con los responsables políticos para diseñar políticas equilibradas y transparentes de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero que aborden los objetivos medioambientales y garanticen que los consumidores tengan acceso a una energía asequible, fiable y cada vez más limpia".
El éxito del lobby y la oposición directa a las medidas políticas para hacer frente al calentamiento global han obstaculizado los esfuerzos de los gobiernos de todo el mundo por aplicar políticas tras el acuerdo de París para alcanzar los objetivos climáticos y mantener el calentamiento por debajo de 1,5C.